Sin solución de continuidad

lunes, 14 de febrero de 2011

De vuelta de Sevilla, de la Convención municipal, SVQ por todas partes.... Y sin apenas descanso ya estamos trabajando en poner en funcionamiento las redes sociales de la campaña lo antes posible. Es curioso que aunque uno tiene el cuerpo machacado del finde, si el ánimo permanece alto, te pones las pilas con una facilidad pasmosa. Te viene el cansancio cuando te levantas a fumar o te paras a beber agua, así que buena gana, mejor currar más que es mejor. Qué cosas!

En Sevilla hemos estado es-tu-pen-da-men-te. Es una ciudad acogedora y para mí, que he estudiado y vivido allí muchos años, cada paseo por lugares menos habituales a los de los fines de semana en casa de mi padre, suponen un estímulo para la memoria. Mientras conducía por alguna gran avenida recordaba con perfecta nitidez cuando lo que hacía era pedalear por el mismo sitio o por otros similares o cercanos. Incluso cuando mi vida era la del caminante que compensaba la falta de dinero con el tiempo libre y en vez de coger el bus andaba durante horas.

Sobre la Convención... no pretendo ni aburrir a nadie, ni aburrirme yo mismo, así que me centraré en un par de detalles ciertamente inocuos. En primer lugar, las ausencias. Me faltaban algunas caras pero claro, si no hay votitos... no hay convenciones! Me faltaban los derrotados pero es que este era un foro para ganadores. El otro detalle es la pequeña manifestación de la entrada. Pongo una foto y comentamos.

 Una mini-manifestación en la entrada! Como un centenar de personas compensaban su escaso número a base de decibelios. Cuando entraba con los chavales de juventudes trataban de picarnos pero al menos conservaron el buen humor cuando sólo obtuvieron un beso lanzado al aire por respuesta. Tuvimos suerte, no eran manifestantes del tea party. De hecho, resultaba cuanto menos curiosa la composición de la manifa, que se veía por las pintas, que cantaban a la legua. Por un lado estaban los super-progres de la administración. Hippies en otra época, habían cambiado el atuendo desaliñado por ropas de marca (el empleo público sin la razón produce monstruos!) pero con una diversidad de colores y ciertos dejes que dejaban clarísimo cuales eran sus colores. De su mano, e incluso en mayor número, populares de cocodrilo en el pecho y bolsos de marca que ni podían ni querían ocultar la verguenza de su pijerío tras los petos naranjita que usaban a modo de pertenencia a la tribu. Que los extremos de la izquierda y la derecha, antagónicos por definición, se den la mano es cuanto menos preocupante. Denota cinismo. Aquí en Extremadura lo hemos vivido con la refinería. Los extremos zurdos no la querían por cuestiones medioambientales, y los extremos de la derecha no la querían porque la mano de obra se les pone por las nubes y el pueblo deja de depender economicamente de ellos, con la pérdida de poder que eso supone. El caso es que prefieren unirse para hacer fuerza juntos que defender las propias razones. O sea, que para ellos el fin justifica los medios, no? Pues conmigo que no cuenten...

En fin... voy a seguir un rato que se me echa el tiempo encima. Sus dejo con un tema sevillano que para mí tiene un significado muy especial.

Un abrazo


2 comentarios:

Javier Béjar dijo...

El primer comentario en tu bllog, un completo honor!
Según leía iba recordando cómo ha sido el fin de semana, enhorabuena por tu recopilación de recuerdos.

Con respecto a los de la piji manifa prefiero no opinar.

Por cierto, ya que tu blog es nuevo, ahora te enlazo en el mío.

Un abrazo

Fer dijo...

Digno honor para tan ilustre invitando. Gracias por el enlace, a ver si aprendo yo a hacer esas cosas ^^