El timo de la estampita

sábado, 1 de octubre de 2011

Tenía media entrada hecha, hablando de democracia interna, paridos políticos, de mirar la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio, pero otras cuestiones me llaman ahora mismo mucho más la atención.

Ayer leí la columna de Ignacio Escolar que hablaba sobre la salida de la crisis de Bélgica y las ventajas de no tener gobierno. En el artículo de Escolar se ponen de manifiesto una serie de ideas que durante el verano, a lo largo de las interminables mañanas del desempleado, he podido ir recabando hasta hacerme una opinión bastante clara y, creo firmemente, bastante certera de las recetas más oportunas para la salida de la crisis.

Mi primera idea clara es que los recortes son la peor de las recetas posibles. El hecho de que Bélgica crezca muy por encima de la media europea porque su situación política de carencia de gobierno no le haya permitido meter la tijera es un dato revelador sobre la maldad de estas medidas de austeridad muy por encima de lo sensato. Porque los recortes no son un medio para la derecha europea sino una mera excusa para acercarse a su modelo esclavista del Estado donde los mercados se regulan solos, incluido el laboral, cuya autoregulación nos lleva a un pseudoesclavismo de los trabajadores hacia la empresa, y el poder político se convierte en una mera excusa para ostentar cargos y repartir las migajas de la beneficiencia en la que se convierten las políticas sociales. La derecha habla de lo inevitable de los recortes cuando la experiencia demuestra que estos recortes sólo llevan a una situación peor. Pero es que para la derecha cuanto peor, mejor. Cuanto peor sea la situación de un país mejor se lo ponen para acabar con el estado del bienestar bajo el estúpido argumento de que "no hay dinero".

Esta es la típica historia de la pescadilla que se muerde la cola, que es la historia del capitalismo. Cuando la economía es boyante se genera empleo y el dinero y el bienestar fluyen a raudales, y así sucesivamente. Pero no, porque el crecimiento sostenido no es soportable por el planeta y para que unos pocos ganen mucho otros tienen que perder. Cuando los que ganas son cada vez menos se produce una crisis y el sistema debe sufrir una revolución para volver al estado inicial de afluencia de bondades. Es como si la pescadilla se tuviera que comer entera y cuando no queda más pescadilla que comer, el sistema se invierte. Cada vez se reduce más el crecimiento económico, lo que genera paro y que el dinero y el bienestar vayan mermando; y así sucesivamente, que es en la situación en la que estamos.




¿Cómo podemos pasar de una a otra pescadilla? ¿Cómo pasamos del paro y la pérdida de bienestar al estado de Panta Rei? Bueno, nunca es fácil de predecir. Sin embargo todos los síntomas apuntan a que los recortes exagerados para paliar el déficit no son la receta más adecuada. Cuando uno recorta el gasto público está rebajando tanto la economía como el empleo. Recortar como dice Monago en Extremadura, un 10% (o un 20, no lo tiene claro... Que dios nos coja confesaos) el presupuesto público tiene una repercusión en el empleo de aproximadamente 50.000 personas. En una región con 125.000 personas desempleadas se antoja un incremento excesivo del paro, insoportable me atrevería a decir. 50.000 personas que dejan de pagar a la seguridad social y pasan a cobrar de la bolsa común del INEM es un peso que nuestra economía no se puede permitir. Amén de dejar en la categoría de paripé su slogan de campaña, aquello de "lo primero, el empleo" (no sé si entender ahora la coma y considerarlo una burla o pensar que directamente era una falacia, lo que la gente quería oir), supone un atentado al futuro económico y social de Extremadura. Y digo Extremadura porque es lo que me ha tocado vivir porque la fórmula es extensible a cualquier terrotorio, incluso a cualquier escala.

El caso es que bajo la fórmula del "no hay dinero" estamos hipotecando nuestra manera de ganarlo. Se lo escuché a Guillermo Fernández Vara no hace mucho en un comité, "los recortes a los que nos obligan nos están impidiendo crecer. Deberíamos replantearnos este asunto". Y no le falta razón. Es algo que llevo un tiempo tratando de trasmitirle a mi amigo @MonchoMan_ del twitter. Digo mi amigo porque con el trabajado he tenido menos ocasión de discutir con él y me he encontrado con la sorpresa de echarle de menos. Espero poder desvirtualizarle algún día. Moncho es una persona de perfil técnico, eminentemente pragmático y con un punto tecnócrata. Presume de no casarse con nadie y mantienen bastante bien su coherencia. Sin embargo, hoy por hoy está más a la derecha, se le nota y sinceramente no veo nada malo en ello; sencillamente divergimos en el pensamiento lo cual enriquece más nuestros debates. Le tengo un aprecio sincero, me cae realmente bien. Moncho cree firmemente que no hay dinero, que los servicios cuestan una pasta y que hay que reducir gasto. Yo trato de decirle que no, que eso es falso, que no es más que una excusa para reducir y eliminar servicios básicos, o lo que es peor, hacerlos de pago. Hombre, si reduces la recaudación por encima de lo sensato estás obligándote a tener razón en eso de que no hay dinero pero es la táctica de Juan Palomo, yo me lo guiso y yo me lo como. Pero si en vez de reducir el gasto como mínimo lo mantienes, estás permitiendo que la economía se reactive por si misma. El dinero público es una parte importante del motor económico de los paises. La recogida de impuestos permite a la administración gastar haciendo que otros también puedan crear empleo y riquezas, y así sucesivamente. Pero si cortas ese grifo, la situación es exactamente la contraria. Y ahora pregunto ¿Cual de estas dos pescadillas preferimos?

No pretendo decir con esto que debamos dejar el déficit en éxtasis, ni mucho menos. Pero una cosa es moderar el déficit y otra es ahogar nuestra capacidad de crecimiento económico a costa de no gastar lo que es necesario gastar. En todo caso me parece más importante retocar la forma es que se recoge el dinero que la forma en que se gasta. De la forma en que se gasta recortando lo superfluo, no lo necesario. De la forma en que se recoge presionando más a quién le sobra y menos a quién más lo necesita. Me recuerda la frase de una amiga mía que decía que en los negocios es más importante cómo se compra que como se vende; aunque el objetivo sea vender se gana más comprando con inteligencia. Qué razón tiene! Los socialistas acaban de ganar las elecciones en Dinamarca diciendo que van a subir los impuestos para generar empleo, no que van a bajarlos porque así sólo se pierde empleo, no se crea.

En definitiva, nos están tratando de timar cada vez que nos dicen que es estrictamente necesario hacer recortes. Lo estrictamente necesario es mantener los servicios para que la economía no se hunda y nosotros con ella. Un abrazo, en especial para Moncho.



PD. Hay que mirar con lupa el recorrido de las cosas, no quedarnos con lo primero que vemos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo Fer. Pero no sólo eso. El hecho de que los recursos sean públicos denota calidad por muchos motivos:
- Porque el proceso de selección del personal es neutro y por méritos.
- Porque al no pretender beneficios económicos, se vela por los receptores del servicio y no por las pérdidas que puede producirlo

Pero también hemos de criticar a nuestros gestores de no haberse preocupado de presionar a grandes fortunas y grandes empresas fiscalmente en las épocas de bonanza, donde no podrían excusarse en las crisis para evitarlo. O en los contratos de gestión de servicios públicos a empresas privadas, cuando las propias administraciones podrían haberse hecho cargo...

Como dice Vicenç Navarro en su artículo de esta semana, la gente de a pie legitima esos recortes porque no se les plantea bien qué impuestos se subirían. Nos manipulan como quieren, y nosotros nos dejamos.

Fer dijo...

Pues tienes mucha razón en que no se han repartido bien las cargas. Vale que había que hacer un recorte bestial, vale que el objetivo de no tocar las partidas de sanidad y educación era prioritario y vale que para que el bocao al presupuesto fuera realmente sustancioso había que tocar personal, pero bien se podían haber modificado las cargas impositivas para este año, que daba tiempo.

Sin embargo, soy de la opinión que en gran medida hemos estado secuestrados por unas instituciones, léase Banco Central Europeo, y gobiernos europeos (Alemania y Francia) controlados todos por la derecha. Todos sabemos de la catadura moral de la derecha y resulta curioso que, quitando los casos de Italia por incompetencia berlusconiana (que es algo como el esperpento español pero a la italiana) e Irlanda por ultraliberal, los gobiernos atacados han sido los de izquierdas. Lo siento pero no creo en las casualidades...

Me gusta Vicenç Navarro pero creo que la gente no legitima los recortes sino que sencillamente prefieren tener un trabajo esclavo al miedo de una incertidumbre que no entienden. La gente de a pié no sabe diferenciar impuestos directos que se reparten entre todos de impuestos indirectos que te hacen pagar el uso de cada servicio. Menos en Cataluña donde gracias al modelo CiU saben perfectamente lo que es pagar hasta por respirar.

Un beso y gracias por venir, guapa