Mujeres

domingo, 16 de octubre de 2011

Decía un compañero del intituto, de cuyo nombre he conseguido olvidarme, que la mujer, de la cocina a la cama y por el pasillo a hostias. Salvando la exageración típica de la andalucía profunda donde hice el bachillerato, el planteamiento aquel se parece mucho a la concepción que la derechona española tiene de la mujer, y cuando digo derechona me refiero al compendio que hacen entre ricos, militantes, simpatizantes y muchos votantes del PP junto a la iglesia católica. A nadie se le escapa que la ubicación que esta derechona considera como natural para la mujer vaya de la cocina a la cama pasando por el súper como mucho y por el cole para recoger a los churumbeles que alborotan el hogar.

En estos tiempos en los que esta derechona se siente ganadora de las elecciones se quitan la careta con suma facilidad. Ya no es extraño oir decir a determinada gente que ellos no son demócratas. Y no me cabe la menor duda de que es cierto. Nunca han dejado de serlo pero hoy en día se sienten con la superioridad suficiente como para atreverse a decirlo mientras que hace bien poco escondían sus vergüenzas a la espera de tiempos mejores; estos. Y claro, cuando uno se quita la careta y se relaja, se descuida y pasan cosas como esta portada:


Que el (des)informante haya elegido entre todas las posibilidades a una mujer cuyo emprendimiento está relacionado con la cocina es una malsana forma de, soslayadamente, ir poniendo a las mujeres en la que la derechona cree que es su sitio. Yo de estos periódicos de la caverna, que hasta en las pancartas más pacíficas de cualquier manifestación del País Vasco resaltan el sitio donde se ve ETA (aunque ETA sea una parte de una palabra más larga y no tenga relación alguna con la banda terrorista) no me creo que haya casualidad alguna. Van dirigiendo a las mujeres al sitio donde según ellos deben estar. Conste que no tengo nada contra la chica de la foto, de quién Elena Valenciano habla maravillas en una entrada de su blog, y que me parece totalmente respetable. Siento que se preste a semejante descalificación, pero esa es una decisión personal que yo no voy a entrar a juzgar. Mi humilde opinión es que la mujer debe estar donde ella considere más adecuado ponerse, ya sea al frente o al lado, pero jamás detrás. Considerar que la mujer tiene sitios específicos es tan cateto en el siglo XXI como aquel dirigente de PP Extremeño que sin darse equiparaba rural a pobre. Lo dicho, se quitan la careta y no se dan cuenta de lo que dicen pero los demás sí nos damos cuenta de lo cínicos y mentirosos que son, amén de fascistas reprimidos (o no tanto).

Sin embargo, esta reflexión puede chocar frontalmente con el hecho que el Partido Popular esté plagado de mujeres, y muchas de ellas no son precisamente adornos. Ahí tenemos a Cospedal, que cobra (o cobraba antes de ser presidenta de Castilla la Mancha, ahora a saber cuanto cobrará) más de 30 veces el salario mínimo interprofesional (641,40 €), o Ana Mato, directora de campaña. O la mujer del ex-presidente Aznar, concejala del ayuntamiento y posible alcaldesa de Madrid por gracia de la sucesión que no de las urnas. Sin contar a la lideresa Esperanza Aguirre, la famosa Espe, que como ministra de cultura no conocía ni las películas más taquilleras del cine español, haciendo continuamente un ridículo espantoso peor que ahí sigue sin inmutarse, subiéndose el sueldo que había prometido bajarse, cobrando complementos oscuros, y presidenta de la Comunidad de Madrid. Todas estas mujeres no son meros floreros para el Partido Popular, sino que ostentan importantes cuotas de poder. El por qué, a mi humilde entender, es bien sencillo. Ninguna abandera más que de boquilla la igualdad de las mujeres. Ellas aprovechan una cuota para instalarse pero no mueven un solo dedo por la dignidad y la igualdad del resto de las mujeres. Son, como colectivo, unas egoistas de tomo y lomo. Pero es que si hicieran otra cosa salían zumbando por la puerta de atrás. Que nos conocemos...

Pero no nos olvidemos del coleguita del principio. Porque lo que nos pareció una exageración (por el pasillo a hostias) y una gracieta propia de un bajísimo nivel cultura y un exceso de testosterona podría no serlo tanto. Y a las pruebas me remito. Hay un juez en Murcia, Juan del Olmo, al que zorra le parece un calificativo más tendente a astuta que a puta. El colega tiene un historial increible. De hecho, este hombre de la derechona, acaba de rebajar hace bien poco una acusación de delito de violencia de género a falta. Es decir, que uno puede decirle a su pareja "Dile a tu madre que va a tener que ir como las zorras, mirando por la calle para adelante y para atrás, porque en cualquier momento la voy a matar y la voy a meter en una caja de pino" sin que sea delito, sino una mera falta por amenazas leves. Y se queda tan ancho... Y cuando los medios rebuscan un poco resulta que el señor juez es muy dado a las rebajas cuando de violencia de género se trata. Y parece una plaga murciana porque visto el último párrafo de la noticia parece que no es el único. Alucinante. Yo cuando veo cosas como esta me pregunto quién vigila a los vigilantes... Y me pregunto cuanta parte de responsabilidad tendrán estos individuos e individuas, que también las hay, en las 55 mujeres que han perdido la vida este año a manos de sus cobardes parejas.

Chicas, yo os prefiero libres y locas, organizadas e igualitarias. Pero sobre todo libres... y guerreras.









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